sábado, 20 de mayo de 2017

Errores

Oscuras nubes que cubren el cielo de mi conciencia, argumentos de mil complejos y no menos desprecios ante el espejo de los recuerdos. Cuentas al debe sin haber que lo respalde. Torpezas que se tornan catástrofes cuando escapan al control del consciente y viven una vida propia, sin piedad, sin posibilidad de detenerlas, arrasando a quien, sin esperarlo, se convierte en el blanco de un proyectil cargado de estupidez.
Amargura.
Vergüenza.
Vergüenza.
Disculpa esteril solicitada al afrentado para acallar el reproche interno que corroe el alma.
Vergüenza.
Descanso imposible entre demonios que acuchillan sin piedad ni descanso la blanca piel de la conciencia, llenándola de pústulas sanguinolentas.
Amargura.
Ojos que ves mutar al sentir la puñalada, que ves como se pierden para siempre, para nunca.
Vergüenza.
Dolor que se repite cada día, cada hora... Dolor.
Pena, profunda y oscura, por lo que se ha roto. Porque jamás volverá. Porque murió antes de que empezaras a hablar.
Luto por tu yo perdido, por aquel que, con los ojos preñados de lágrimas esperará por siempre la vuelta de quién nunca volverá. Por tu yo que pasa a ser tu él. Por tu mundo que ya no lo es. Por ese mañana que ya no será.
Life is good. Isn't it?

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